sábado, 22 de mayo de 2010

Adiós a mi Luna


En mis fantasías absurdas de soñador sin remedio, una noche me sentí cercano a la luna, al punto irracional que pensé que la podía alcanzar.
Ella siempre estaba ahí brillante y hermosa, como si aguardara por mí, pero no, todo era parte del astuto engaño de un sueño disparatado de un tarado con mucho tiempo libre. Y al mirarme desde fuera entiendo que yo solo era el loco aquel que no se rindió a tiempo, aquel q no despertó con el amanecer, era el desadaptado que insistentemente trataba de alcanzar la luna con una escalera, el pobre infeliz que tras 3 años de caídas seguía levantándose intentando una y mil veces sin siquiera darse cuenta que la luna nunca brillo para él.
Ahora está a punto de amanecer y con la llegada del día mi vida tendrá que seguir y al darme cuenta que la luna se irá sin mí, tendido de espaldas por última vez tendré que decir Adiós a mi luna