martes, 27 de diciembre de 2011

Ronroneo


Sin poder dormir me encuentro viendo al techo desde una posición un tanto extraña pero cómoda, como la silla de un dentista, y mientras pienso, o pretendo q lo hago, escucho un tenue murmullo q se opaca con el sonido de la lluvia y de repente la falta de sueño empieza a ser mi ultima preocupación y como es costumbre me gano la curiosidad. Yo sé que dicen “la curiosidad mato al gato” pero de todas formas me arme con una linterna y me subí al techo y vamos que la justicia poética daría en el clavo por aquel acto de impulsiva curiosidad me llevo a un encuentro casual con una gatita q maullaba en un tejado vecino, trate de acercarme pero se asusto con mi presencia y como alma q lleva el diablo se perdió en las sombras de la noche. Su reacción me dejo perplejo y mis pies tan diestros como los de un oso perdieron su estabilidad y dejaron caer mi “poco” peso como un saco de papas.
Días después aun resintiendo los efectos de la gravedad, que aquel día fui condenado por su ley, me la encontré de nuevo a aquella picara gatita dándose un baño con su lengua mostrándose tan bella y natural que no me atreví ni a respirar para poderla ver solo un poco mas, pero un auto imprudente y su inexperto conductor hicieron chillar e aquellas llantas que espantaron de nuevo a esa criatura…. La vi correr y entendí q solo tenia miedo….
Siempre me pregunte miedo a que tendría esa criatura que me parecía tan dulce… alguna vez trate de acercarme ya estando sano y me araño la cara. Me dejo una gran cicatriz en la cara y entendí q quizá no es tan dulce como se ve… pero aun dejo mi ventana abierta esperando que se pose con su cantico de maullidos para salir a curiosear esa curiosa personalidad de esa gatita que me roba una sonrisa por que sé que anda rondando por ahí