De repente siento sus ojos persiguiéndome como si le debiera algo, como si contara cada uno de mis crímenes dándome severa sentencia. Giro mi cabeza para encarar a tan temible juez, pero se que es en vano, no encontrare esos ojos que me vigilan estrictamente pero su presencia esta ahí y quizá no quiera ver esos ojos de frente. Estoy seguro que me perdería en esos ojos que me abren la puerta a las bellezas del mundo, ese par de soles con brillo infinito en destellos de claros colores que por un momento me dejan probar el paraíso q nunca tendré.
De solo imaginar su presencia me pongo nervioso, no se como actuar ante estos ojos q son como alephs, que Broges describe, en el rostro de esta maravillosa mujer y no quiero imaginarme que pasaría si contemplo enteramente y con calma a la dueña de esos ojos…
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