jueves, 28 de agosto de 2008

Las palabras de un mimo

Caminando por las calles de una gran ciudad me encontré con un singular personaje, que nunca me hablo y sin embargo me enseño mucho……………

En un parque de mi ciudad la multitud se hacia presente para reír y disfrutar de un momento ameno a costillas de un simpático sujeto de extrañas características sus colores se avían ido y con ellos su voz, yo no entendía que le veían a ese sujeto para mi era ofensivo ¿Qué de gracioso tenia ver a un sujeto así?

Una tarde de domingo, lo recuerdo bien, mi madre me llevo a aquel parque las campanadas de la iglesia nos daba a entender que ya eran las cinco de la tarde y ya no quedaba mucha gente. Para variar mamá se encontró con una amiga de ella y empezó a charlar con ella, para no aburrirme corrí cuan rápido dieron mis piernas a los columpios, me divertía mucho pero poco a poco me fui agotando y el impulso cada vez era menor, pero entonces alguien me dio un aventón muy fuerte como mi padre solía hacerlo, ¿pero quien era? ¿Mamá? Y entonces lo vi aquel payaso carente de colores estaba a mi espalda, como comprenderán entonces apenas era una niña pequeña y me asuste, di un salto precipitado y caí un par de metros más allá sacudiendo el polvo del vestido regrese a verlo pero no estaba allí, el bandido no hizo sonido alguno y entonces sentí una mano en mi hombro, sabia que era el, regrese a verlo y el me sonreía con ternura, con aire de superioridad pregunte - ¿es que acaso usted no tiene casa?- y el sin palabras solo moviendo su cabeza y sonriente siempre decía que si con un tono enojado entonces pregunte - ¿ así? ¿Dónde?- y el solo me mostraba aquel parque ya desolado por la avanzada hora de la tarde, entonces sentí lastima por el hombre pero el seguía sonriendo y como para no faltar a la cortesía con señas y gestos me pregunto lo mismo, y yo le señale el final de la calle para q se hiciera una idea de donde vivía. El sonriente personaje empezó a caminar de forma muy graciosa cerca mió mientras yo lo veía, me mostró sus manos cubiertas por esos impecables guantes blanquísimos y me robaba sonrisas y risas muy fácil con movimientos curiosos casi hipnóticos de sus manos cuando puff! ¡Apareció una rosa!, jugamos por un rato, me entrego la rosa señalo a mi madre como si quisiera que se la de y cuando voltee el ya no estaba.

Mamá al ver mi rostro de confusión me pregunto que pasaba y conteste - no nada seguro ya es tarde- ella no entendió nada pero para mi todo estaba claro el también tenia que dormir.
Pasaron unos días hasta q después de clases regrese sola al parque caminaba para ver si encontraba a aquel risueño amigo que me divirtió tanto ese día y lo encontré al muy pícaro tomando una siesta en la resbaladilla. Abrió un solo ojo y al verme dio un brinco y me saludó muy alegre, esa tarde nos divertimos mucho y eso se repetiría por varios meses, después de la escuela al parque y jugar con el.

Una tarde de esas vi a unos municipales forcejear con alguien, era el, lo estaban esposando al verme el sonrió picaramente y antes de que se den cuanta el había esposado a los dos municipales corrió donde mi y me saludo como siempre, pero yo no podía sonreírle, empezó el a hacerme reír y todo bien, los municipales regresaron por el y se lo llevaron de nuevo el al ver la cara de preocupación que abre puesto se escapo de nuevo hizo un par de piruetas para mi y una vez más apareció una rosa y me la dio, me sonrió de una forma muy paternal y me hablo era la primera vez que le oía la voz y sencillamente me dijo - solo sonríe amiguita- yo pasmada de oírle me quede sentada allí mismo viendo como los municipales se llevaban a mi amigo, pero el nunca perdió la gracia y hasta el final se fue sonriente yo le miraba y me contuve hasta que estuviera lejos para que no me viera llorar.

Desde entonces trato de hacer lo que le me dijo “sonreír” ya no he ido a aquel parque ni siquiera vivo ya en aquella ciudad me he mudado a una más grande, quizá más seria, más gris, pero no importa por q ahora solo sonrio.

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